23/10/09

Barbra Streisand: Love is the answer

Barbra ha regresado con un nuevo álbum desbordante de baladas, algunos standards del jazz y de la comedia musical. A los 67 años ya no tiene que demostrar su virtuosismo, con la voz mellada pero susurrante y sugerente, esta vieja amiga que tantos placeres nos ha deparado nos deleita esta vez con Love is the answer, un album doble (los mismos temas con tratamiento orquestal de Johnny Mandel y con el despojado cuarteto de Diana Krall, que también produce el evento y hace los acompañamientos en piano).
Ideal para escuchar una tarde de otoño mientras la lluvia repiquetea contra el vidrio de la ventana, la voz amplia, íntima, cálida y -de a ratos- vulnerable de Barbra se presenta como un marco incomparable para la introspección o el fantaseo a través de temas como Gentle Rain, Ne Me Quitte Pas y Smoke Gets In Your Eyes, entre otros.
Para que se den una idea de lo que estoy tratando de describir, vaya esta muestra de la presentación del disco en el programa de Oprah Winfrey, el 24 de setiembre pasado.

19/10/09

Los abrazos rotos



Almodóvar ha realizado con este último film una obra para el museo. No es que no sea un buen film -lo es- pero luce demasiado armado -más que lo habitual- y demasiado reflexivo, lejano a la espontaneidad que solían transmitir sus primeros trabajos, que son los que preferimos.Un hombre mayor (Luis Homar) recuerda su amor por una mujer mucho más joven en un ir y venir de flashbacks entre 1992 y el presente. No es un dato menor que este hombre sea un guionista y director, un alter ego de Almodóvar. Tampoco que esa mujer sea Penélope Cruz, quien cumple puntualmente con tres papeles, una secretaria, un call girl a lo belle de jour, una actriz con reminiscencias de la frescura de Audrey Hepburn.
El film se mueve entre el melodrama a lo Douglas Sirk -aunque sus pasiones estén congeladas en formol-, el film noir y la comedia al estilo de Mujeres al borde de un ataque de nervios, a la que se homenajea con el film dentro del film Chicas y maletas. Como se ve, los personajes tienen dobles y hasta triples identidades, hay homenajes cinéfilos por doquier (una caída de escalera que recuerda a Lo que el viento se llevó, citas fílmicas de Viaje en Italia, de Rossellini), cameos de actrices de otros films del manchego y un grado de estilización de la imagen que es una marca de fábrica.
Pero faltan el humor y la pasión. Y la laberíntica trama, con sus eternos giros y develaciones puede agotar al espectador. En resumen, mucha solemnidad, gerontes y poca emoción.