31/8/10

Agente Salt

Agente Salt propone un endiablado recorrido por los clichés más habituales de los films de espionaje. No hay nada nuevo en que un espía tenga una doble y hasta triple identidad y que nos mantenga suponiendo a qué bando pertenece, ni en que haya de por medio un complot para matar a un presidente extranjero o se busque detonar una guerra atómica entre dos potencias con una antigua rivalidad. Quienes hemos saboreado los films de la serie Bond o los de Jason Bourne conocemos todos loss reveses propios de ese tipo de tramas. Lo que no es habitual es la profusión en que abundan en Salt ni la celeridad con que los resuelve y plasma el australiano Phillip Noyce, responsable de Terror a bordo (Dead calm, 1989) y de la serie que tenía como protagonista a Jack Ryan, un analista de la CIA, encarnado por Harrison Ford.

Como experto que es en thrillers (también dirigió a Jolie en El coleccionista de huesos y a Michael Caine en El americano), Noyce sabe cómo dosificar momentos de tranquilidad con las escenas de acción más aceleradas; el film abunda en persecusiones en las que la agente Salt salta del techo de un camión a otro, o maneja un auto que está en una encerrona a la vez que aplica descargas electricas a su conductor, entreveradas con flashbacks que aportan información sobre el personaje: cómo conoció a su marido, cómo fue entrenada, etc. etc.

Si bien Angelina Jolie no es santo de mi devoción, debo reconocer que aquí, encarnado más a un personaje de historieta que a las sufrientes mujeres de El sustituto (Clint Eastwood, 2008) o Todo por amor (Michael Winterbottom, 2007), está insuperable como heroína de acción, haciendo gala de una fisicidad asombrosa que hace que me distraiga de sus labios arriñonados o de ciertas expresiones faciales que me recuerdan en demasía las de su padre, el gran Jon Voight.

El personaje de la agente Salt le queda como anillo en dedo a Jolie, lejanas sus interpretaciones dramáticas consagratorias en Gia (una película para televisión realizada en 1998 donde encarnaba la vida de la supermodelo Gia Carangi) o en Chica interrumpida (por la que se ganó el Oscar a mejor actriz secundaria). Aquí está más en el territorio de sus trabajos para la serie de Lara Croft, un personaje derivado de un video juego, con leve espesor psicológico y escasa carnadura dramática.

Salt es un film que desborda cualquier verosímil por lo que no hay que buscarle mucha lógica. Es puro entretenimiento y del bueno. Es un ejemplo de lo mejor que sabe hacer Hollywood, más en una temporada donde las películas estadounidenses son flojas o poco atractivas.