8/1/12

La última investigación


Maravilloso film que aúna los requisitos del film noir con la comedia excéntrica fue nombrado por la revista Time "el mejor film del año 1977", un año en que había pesos pesados como Annie Hall, La guerra de las galaxias, Momento de decisión, Julia, etc. Poco conocido, este film de Robert Benton (Kramer vs. Kramer, En la quietud de la noche) producido por Robert Altman (responsable de otro de los grandes films noir de esa década, El largo adiós), pone a Art Cartney como un envejecido detective que no se decide a escribir sus memorias mientras ve la última exhibición televisiva nocturna, espacio en el que pasan films de los años 40 y 50, en relación con una extravagante y lunática Lily Tomlin, que ha perdido a su gato y busca quien lo encuentre.

Ni Cartney está tan desvencijado como para entrar en acción nuevamente ni Tomlin es tan prístina como aparenta; los personajes del film tienen varias capas que se van develando a cada giro argumental. El disparador es la muerte de un amigo que se presenta en la habitación que Cartney alquila sangrando por la boca. Como en El halcón maltés, hay un macguffin en la forma de unas estampillas valiosas que han sido robadas, pero la trama se enrolla con adulterios varios y un muerto en cada recodo.

Como el film está ambientado en Los Ángeles, Tomlin es una de esas tantas que han ido a tentar suerte en el negocio del cine -como la protagonista de Mulholland Dr. o la de Como plaga de langosta- y terminan estableciéndose en negocios del lado oscuro del sol para subsistir. Pero por más que la corrupción anide en cada nicho de esa ciudad, este es un film de tono amable y la magia hará que el achacoso detective y su desprejuiciada contratante se entreveren en un romance.

Benton antes que director ha sido un destacado guionista (Bonnie and Clyde, ¿Qué pasa, doctor?) y conoce el paño al que se refiere; su film está lleno de guiños al género y la dirección de actores -con un elenco de característicos nada desdeñable- es de primera agua. La trama posee el grado de complicación que el aficionado busca y el toque de liviandad aportado por el personaje de Tomlin necesario para que todo se digiera sin mayores problemas. Verdadera gema del cine norteamericano de los años 70, bien vale la pena el esfuerzo de hallarla.